En nuestra sociedad, las generaciones más jóvenes, como aquellas que recién ingresan en el mercado laboral, enfrentan grandes desafíos. Ellos deben hacer frente a niveles cada vez mayores de problemas relacionados con la salud mental, tales como el suicidio, dificultades financieras, dificultades para acceder a recursos
educativos y de salud inclusivos y de calidad, igualdad de género, por nombrar algunos.
Estos adultos jóvenes se encuentran en una etapa crucial de la vida en la que establecer una rutina de bienestar sólida es clave para enfrentar estos desafíos y prepararlos para llevar con éxito una vida saludable y libre de enfermedades crónicas asociadas con estilos de vida poco saludables. Los
hábitos básicos de salud constituyen la piedra angular de esta rutina de bienestar. Si bien pueden parecer básicos, es importante prestar atención a estos conceptos básicos:
Para los adultos jóvenes, integrar estas prácticas en la vida diaria puede sentar las bases para un estilo de vida saludable y equilibrado.
Otro elemento clave de una vida sana para las generaciones más jóvenes, es el bienestar social. Las conexiones sociales son vitales para desarrollar y mantener la resiliencia psicológica. Estas conexiones sociales pueden requerir
algo de esfuerzo, ya sea participando en actividades comunitarias, siendo voluntario en una organización benéfica o manteniendo relaciones significativas con familiares, amigos y compañeros de trabajo.
También es esencial equilibrar el uso de las redes sociales; establecer límites y utilizar plataformas de utilidad, en lugar de escapar de las interacciones de la vida real, puede prevenir los sentimientos de soledad y ansiedad.
Finalmente, es fundamental que los adultos jóvenes se sinceren sobre los desafíos que enfrentan y busquen ayuda profesional cuando sea necesario. Hay muchos recursos para la salud mental disponibles a través de programas laborales o comunitarios que pueden ayudar a apoyar y mejorar el bienestar emocional.